CUENTO “LA CANDELA DE PEPÓN”
Un día, al comenzar el mes de Febrero, cuando Pepón salió del cole, su mamá lo estaba esperando en la puerta para darle un gran beso, escuchó que su mamá hablaba con María, la vecina, sobre la candela de su calle.
A Pepón le llamó mucho la atención ese comentario, pues no se imaginaba a su madre y a su vecina jugando con una candela.
Al llegar a casa le preguntó a su madre:
- Mamá, puedo yo jugar con la vecina María y contigo en vuestra candela.
Su mamá se echó a reír, pues comprendió que Pepón había entendido mal la conversación que mantenía con su vecina y le contó:
- Mira Pepón, ya hace muchos, muchísimos años que en este pueblo, La Puebla de los Infantes, las gentes de las calles se reunen durante el primer sábado del mes de febrero, para hacer una gran candela en medio de la calle. Los niños acarrean la leña, los padres hacen el boliche y las madres hacen un muñeco gracioso para ponerlo encima e la candela, ese muñeco representa algo tradicional o peculiar del pueblo, o algo que esté ocurriendo en el mundo que nos llame la atención.
Pepón le preguntó a su mamá:
-Pero mamá, el muñeco no lo quemarán ¿no?.
-Sí hijo, -respondió su madre- son muñecos hechos con ropas viejas y complementos(gorros, bolsos, etc) que aportan cada una de las vecinas, y es el momento más bonito de la candela.
Además, los vecinos de cada calle compran comida, bebida, chocolate y sopaipas, hacen una gran fiesta todos juntos y le ofrecen a todos los que se acerquen a su candela.
Esa noche, el pueblo parece una gran hoguera, la noche se convierte en día, pues todas las calles están iluminadas por el color del fuego.
La gente canta y baila alrededor de la candela unas canciones que se llaman “sandingas”.
Pepón, se quedó un poco pensativo y preguntó:
- ¿Qué es un sandinga?
-Un sandinga es una canción típica de este pueblo que cantaban las mujeres hace muchísimos años. ¿Quieres que te cante uno?- Dijo su mamá.
-Sí, sí, por favor mamá – replicó Pepón.
Me fui por calle Mesones
por no dar tanto rodeo,
me encontré con mi contraria
“josú” qué bicho más feo.
Estribillo:
Sandinga landín,
sandinga landero,
sandinga landín
adiós resalero.
-Pero mamá, - preguntó Pepón- ¿podré yo jugar con la candela?
-No hijo, el fuego es muy peligroso, tan solo lo utilizamos para calentarnos un poco y los mayores lo usan también para hacer la comida, tú eres aún pequeño para eso, te puedes quemar y hacerte mucho daño.- contestó su madre.
-Mamá, ¿puedo invitar a mis amigos del cole a venir a nuestra candela?
- Sí claro, ese es el espíritu de la candela, compartir con los demás lo que tengas.-replicó su madre-.
Cuando llegó el día de las Candelas, Pepón estaba muy nervioso, los días anteriores se lo había pasado muy bien con todos los vecinos de su calle acarreando la leña, cogieron cuerdas, las amarraron al ramón y tiraban de ellas hasta llegar a su calle.
De pronto se encontró con un compañero de su clase, era Alí, estaba llorando porque él no tenía candela. Alí era árabe, tenía la piel más oscura que Pepón y hablaba diferente. Pepón, como era tan bueno, se acercó a él y le preguntó lo que le ocurría.
Alí le contó que sus padres habían llegado al pueblo y que apenas tenían dinero. Se habían ido de su país porque estaban en guerra, la gente se mataba con las pistolas y sus padres decidieron ir a España para ver si allí no había guerra.
Pepón le preguntó a Alí :
- ¿Por qué hay guerra en tu país?. ¿No es mejor vivir en paz, sin armas?. Nosotros vivimos en paz y mi seño dice que las pistolas no debemos tenerlas ni de juguete, que no le pidamos esos juguetes a los Reyes Magos porque hacen daño.
Alí contestó:
- En mi país no hay suficiente comida para todos así que nos peleamos unos con otros para tenerla.
Pepón le dijo:
- No te preocupes Alí, que aquí no hay guerra sino paz, y además tenemos comida para todos, vente a mi candela y lo verás, llama a tus papas y lo pasaremos genial, comiendo sopaipas y chocolate, bailando y cantando sandingas.
Alí se puso muy contento, corrió a su casa a contarle a su mamá y a su papá lo que le había dicho Pepón . Comprendió Alí que es mejor vivir en paz , que las armas y las guerras tan solo traen sufrimiento, en cambio la Paz nos da alegría, amor y amistad.
Esa noche Alí y Pepón se lo pasaron genial, jugaron , cantaron, bailaron y compartieron tanto que jamás olvidarían aquella noche.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
LA PALOMA BLANCA
NOS QUIERE ENSEÑAR
QUE UN PUEBLO SIN GUERRA
HEMOS DE ALCANZAR
NOS TRAE LA ALEGRÍA
LA PAZ Y EL AMOR
Y QUIERE QUE TODOS
VIVAMOS MEJOR.
1 comentario:
Hola Enri: Soy Isabel de Galaroza y estoy visitando vuestro blog. Lo pondré en favoritos para visitarlo asiduamente. Está muy bien...que estupenda la idea de los blog, nos permite curiosear sobre lo que hacemos. Ánimo y a seguir trabajando.
Besitos
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